La
cocaína es un estimulante extremadamente adictivo que afecta directamente al
cerebro. La cocaína ha sido llamada la droga de los años ochenta y noventa por
su gran popularidad y uso extendido en esas décadas. Sin embargo, no es una
droga nueva. En realidad, la cocaína es una de las drogas que se conoce desde
hace más tiempo. Las hojas de la coca, de donde se obtiene la cocaína, se han
ingerido por miles de años, mientras que la sustancia química pura, el
clorhidrato de cocaína, se ha consumido por más de 100 años. A principios del
siglo XX, por ejemplo, la cocaína purificada se convirtió en el principio
activo básico que se empleaba en la mayoría de los tónicos y elíxires creados
para tratar una gran variedad de enfermedades.

La
cocaína pura era extraída originalmente de la hoja del arbusto de la coca del
género Erythroxylum, que crecía principalmente en Perú y Bolivia. En la década
de los noventa, y después de varios esfuerzos para reducir el cultivo en esos
países, Colombia se convirtió en el país con mayor cultivo de coca. Hoy en día,
la cocaína es una droga clasificada bajo la Lista II (“Schedule II”) de la Ley
sobre Sustancias Controladas, lo que significa que se considera que tiene un
gran potencial para ser abusada, pero que puede ser administrada por un doctor
para usos médicos legítimos, por ejemplo, como anestesia local en ciertos tipos
de cirugías de los ojos, oídos y garganta.

La
cocaína usualmente se vende en la calle en forma de un polvo blanco, fino y
cristalino que se conoce en español como “coca”, “nieve”, “dama blanca” o
“talco”. Algunos de sus nombres en inglés son “coke”, “C”, “snow”, “flake” y
“blow”. Los traficantes generalmente mezclan la cocaína con otras sustancias
inertes, tales como la maicena, el talco o el azúcar; o con ciertas drogas
activas como la procaína (una anestesia local de composición química parecida)
u otros estimulantes, como las anfetaminas. Algunos consumidores combinan la
cocaína con la heroína en lo que suelen llamar un “speedball” (en español
también se conoce como “revuelto”, “rebujo”, “francés” o “café con leche”).

Produce
dos tipos de efectos:
Efectos
inmediatos
Ausencia
de fatiga, exaltación del estado de ánimo, sensación de vértigo, aumento de la
seguridad en uno mismo, prepotencia, ausencia de cansancio, sueño y hambre.
También es frecuente que produzca inquietud y angustia. Este primer efecto
euforizante va seguido de un efecto rebote, caracterizado por cansancio, apatía
y angustia, así como una conducta impulsiva y agresiva. A nivel físico se
produce una aceleración del ritmo cardíaco y un aumento de la temperatura del
cuerpo, además del efecto anestésico local. Sus efectos dependerán, en general,
de la cantidad y la vía de administración. Dosis elevadas pueden producir
temblores, tics, movimientos convulsivos y alucinaciones.
Efectos
a largo plazo
Son
similares a los de las anfetaminas. Presentan una mayor gravedad, aunque
siempre dependiendo del consumo que se realice de unas y otras.
Destacan
también los efectos sobre el feto durante el embarazo y en el neonato: elevada
mortalidad perinatal, aborto espontáneo y alteraciones nerviosas en el recién
nacido.
Es
importante llamar la atención sobre la posible aparición, como en el caso de
las anfetaminas, de un síndrome psicótico caracterizado por la aparición de
delirios, trastornos confusionales y alucinaciones. La muerte por consumo de
cocaína se produce, principalmente, por una hemorragia cerebral o fallo
cardíaco.

VÍAS
DE ADMINISTRACIÓN
El
clorhidrato de cocaina es la forma de presentación mas común de esta droga y
consiste en un polvo blanco insoluble con poder anestésico local y efecto
vasoconstrictores marcados. El clorhidrato de cocaína generalmente se consume
de forma intranasal donde produce anestesia y vasoconstricción de las mucosas y
presenta una rápida absorción a través de la vasculatura de la nasofaringe. El
clorhidrato también puede ser administrado por vía intravenosa demorando solo
16 segundos en llegar al cerebro y produciendo sus efectos máximos en 30
segundos los cuales van decreciendo en los próximos 30 minutos.
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Otra
forma de administración frecuentemente usada es la inhalación de cocaína volatilizada.
Esta forma cada vez mas popular de consumo produce una rápida aparición de los
efectos, y delirio de persecución con el uso crónico. Se produce una rápida
absorción de la cocaína volatilizada demorando 8 segundos en llegar al cerebro
y los efectos máximos se presentan a los 30 segundos y decrecen en una forma
muy rápida.
La
cocaína puede también consumirse por vía intravenosa. Esta es la vía más
riesgosa de todas y debe ser evitada siempre que sea posible.

Efectos del uso a largo plazo
Daños
en el cerebro. Hemos dicho anteriormente que la cocaína afecta directamente a
la funcionalidad de los neurotransmisores, atacando al sistema de gratificación
del cerebro; la corteza cerebral sufre graves daños asociados al proceso
cognitivo (movimientos, atención etc), volviéndose irreversibles estos daños.
Problemas
sexuales. El uso abusivo de la cocaína afecta perjudicialmente al sistema
nervioso central, disminuye el calibre de las arterias reduciendo el riesgo
sanguíneo y la capacidad de erección en hombres. Así mismo, los estados
depresivos inhiben el placer sexual.
Daño
renal y pulmonar. El consumidor habitual de cocaína padece graves trastornos
renales y pulmonares, un grave desajuste orgánico, que le reduce la calidad de
vida gravemente.
Si
se inhala, puede llegar a provocar la destrucción de los tejidos nasales y
obstruir el tabique nasal.
Desgaste
de los dientes, incluso pérdida de piezas dentales. En la mayoría de casos se
debe a pasarse la sustancia con la yema
del dedo por la dentadura.
Desorientación,apatía
y agotamiento confuso.
Hemorragia
cerebral y fallo cardíaco. Estos son los efectos más graves y últimos que un
consumidor abusivo de cocaína puede sufrir, pues provoca la muerte. Suelen ser
las causas de fallecimiento más comunes en personas consumidoras de cocaína.
