La
marihuana es una de las drogas más usadas en el mundo. Existe una brecha cada
vez mayor entre los últimos descubrimientos científicos sobre la marihuana y
los mitos que la rodean. Algunas personas creen que ya que es legal en algunos
lugares, debe ser segura. Pero tu cuerpo no sabe distinguir entre una droga
legal y una droga ilegal. Sólo sabe el efecto que la droga crea una vez que la
has tomado. El propósito de este folleto es aclarar algunos de los
malentendidos acerca de la marihuana.
La
marihuana proviene de la planta de cáñamo de la India, y la parte que contiene
la “droga” se encuentra principalmente en las flores (comúnmente llamados
“cogollos”) y en menor cantidad en las semillas, hojas y tallos de la planta.
El
uso de la marihuana como sustancia psicoactiva (que altera el sistema nervioso
central y altera la conciencia), no es nuevo. Es más, su uso es ancestral
(nuestros antepasados la usaban) ya que existe desde muchos años antes de
Cristo. Muchas tribus indígenas la usaban en sus rituales como un agente
adivinatorio, para sedar el dolor e incluso, esta planta se usaba (todavía)
para fabricar telares y papel. Pero más allá de que hasta pueda usarse para
preparar platillos en la cocina, el consumo de la marihuana (o “maría”,
“bareta”, “mota”, como se le conoce
comúnmente) es ilegal y puede tener consecuencias físicas y emocionales.
Hay
más de 400 sustancias químicas en la marihuana y el hachís. El químico que
causa intoxicación o el “viaje” en los usuarios se denomina THC (abreviatura de
tetrahidrocannabinol). El THC crea los efectos que alteran la mente que
clasifican a la marihuana como “droga”.
Las
plantas, como los animales, tienen rasgos que los protegen en la naturaleza.
Las plantas pueden tener colores o patrones que les brindan camuflaje de otros
depredadores, o pueden contener venenos o toxinas que, cuando se comen, hacen
que los animales se enfermen o alteran su capacidad mental, poniéndolos en
riesgo en la naturaleza. El THC es el mecanismo protector de la planta de
marihuana.
Intoxicación
significa literalmente “envenenamiento al ingerir una sustancia tóxica en el
cuerpo”. Cualquier sustancia que intoxica causa cambios en el cuerpo y la
mente. Puede crear adicción o dependencia, causando que una persona quiera
tomar esa droga incluso si le daña.
Los
efectos inmediatos al fumar marihuana incluyen taquicardia, desorientación,
falta de coordinación física, a menudo seguidos por depresión o somnolencia.
Algunos consumidores sufren ataques de pánico o ansiedad.
Pero
el problema no acaba ahí. De acuerdo a estudios científicos, el ingrediente
activo del cannabis, el THC, permanece en el cuerpo durante semanas o incluso
meses.
El
humo de la marihuana contiene de 50% a 70% más de las sustancias que causan
cáncer que el humo del tabaco. Un estudio de investigación importante informó
que un solo porro de cannabis puede causar tanto daño a los pulmones como cinco
cigarrillos fumados uno tras otro. Los que han fumado marihuana durante mucho
tiempo a menudo sufren de bronquitis, una inflamación del tracto respiratorio.
La
droga puede afectar no sólo tu salud física. Estudios hechos en Australia en
2008 asociaron los años de uso intensivo de marihuana con anormalidades del
cerebro. Esto está respaldado por una investigación anterior sobre los efectos
a largo plazo de la marihuana, la cual indicó cambios en el cerebro, similares
a aquellos causados por el consumo prolongado de otras drogas mortales. Y
varios estudios han mostrado una conexión entre el uso continuo de la marihuana
y la psicosis.
La
marihuana puede cambiar la estructura de las células del esperma, deformándolas.
Por
tanto, incluso pequeñas cantidades de marihuana pueden causar esterilidad
temporal en los hombres. El uso de la marihuana puede también alterar el ciclo
menstrual de una mujer.
Los
estudios muestran que las funciones mentales de las personas que han fumado
grandes cantidades de marihuana tienden a disminuir. El THC en el cannabis
afecta las células nerviosas del cerebro, afectando la memoria.
El
cannabis es una de las pocas drogas que causan la división anormal de la
célula, lo cual conduce a graves defectos hereditarios. Una mujer embarazada
que fuma regularmente marihuana o hachís puede dar a luz prematuramente, a un
bebé de menor tamaño y con menos peso de lo normal. En los últimos 10 años,
muchos hijos de adictos a la marihuana han nacido con una iniciativa reducida y
capacidades disminuidas en cuanto a concentrarse y buscar las metas de la vida.
Los estudios también sugieren que el consumo prenatal (antes del nacimiento) de
la droga puede resultar en defectos de nacimiento, anormalidades mentales y un
mayor riesgo de leucemia (cáncer de médula ósea) en los niños.
1-
Afecta al cerebro a corto plazo
Como
se ha explicado anteriormente, el principio activo de la marihuana (THC) se une
a los receptores cannabinoides, lo cual desencadena la liberación de dopamina
del sistema de recompensa.
Todas
las sustancias, acciones, objetos, etc. que puedan ser objeto de una adicción
provocan este efecto.
2-
Produce adicción psicológica
Debido
al aumento de la liberación de dopamina en el sistema de recompensa, crea un
efecto placentero que funciona como reforzador y hace que la persona que la
consume sienta ganas de seguir tomándola.
3-
No produce cambios cerebrales a largo plazo
A
diferencia de otras drogas, como la heroína o la cocaína, no produce cambios
cerebrales a largo plazo. Esto quiere decir que los cambios cerebrales
descritos en el punto 1 son transitorios.
4-
No produce adicción fisiológica
La
adicción fisiológica se produce cuando el consumo prolongado de una sustancia
produce cambios permanentes en el cerebro que crean un efecto de malestar
cuando la persona lleva un tiempo sin consumir la sustancia (síndrome de
abstinencia).
La
marihuana no provoca este tipo de adicción, ya que no produce cambios
cerebrales a largo plazo, de modo que las personas que consumen esta sustancia
lo hacen para conseguir sus efectos positivos, no para paliar los efectos
negativos de consumirla.
5-
El consumo continuo y prolongado puede producir efectos conductuales no
deseados
Aunque
no provoca cambios a largo plazo en el cerebro, los cambios cerebrales que
provoca perduran durante un tiempo en el cerebro (aproximadamente 2 horas). Por
lo tanto, si se consume marihuana con una alta frecuencia al cerebro no le da
tiempo a recuperarse entre toma y toma.
Esto
es lo que ocurre algunos consumidores crónicos de grandes cantidades, en ellos
el cerebro no llega a recuperarse y se produce el síndrome amotivacional. Este
síndrome se caracteriza por una pérdida de interés y motivación para hacer
cualquier cosa, incluso para practicas hobbies o hacer algo que la persona
disfrutaba haciendo.
6-
Provoca tolerancia
El
cerebro se va acostumbrando a los cambios producidos por la marihuana y cada
vez hacen falta dosis más altas de esta sustancia para que la persona note los
mismos efectos, por lo tanto, va aumentando la dosis y la frecuencia, pudiendo
llegar a convertirse en un consumidor crónico.
7-
Su principal efecto es estimulante y sedante
Además
de estos efectos, a bajas dosis puede provocar euforia, disminución de ciertos
dolores (por ejemplo, oculares), disminución de la ansiedad, acentuación de la
sensibilidad a los colores y a los sonidos, disminución de la memoria a corto
plazo (recuerdos recientes), ralentización de los movimientos, estimulación del
apetito y la sed y pérdida de conciencia del tiempo. A altas dosis puede llegar
a inducir pánico, delirium tóxico y psicosis.
8-
Puede favorecer la aparición de enfermedades asociadas con el hecho de
consumirla fumándola
El
hecho de consumirla fumada mezclada con tabaco favorece la aparición de
enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco, como enfermedades
respiratorias y cardiovasculares.
9-
Puede inducir esquizofrenia si se empieza a consumir durante la adolescencia
En
un estudio con ratas realizado por el Dr. Kuei Tseng se encontró que la
administración de THC en ratas adolescentes provocaba un déficit en la
maduración de las conexiones GABAérgicas del hipocampo ventral con la corteza
prefrontal, lo cual provocaría una disminución del control de los impulsos.
Este
déficit de maduración se encuentra también en los pacientes con esquizofrenia,
pero no es la causa única del desarrollo de esta enfermedad. Para llegar a
desarrollar esquizofrenia es necesario tener una predisposición genética y
vivir en un determinado ambiente.
Por
lo cual el mero hecho de consumir marihuana durante la adolescencia no puede
provocar la esquizofrenia, pero si puede inducirla en personas con
predisposición genética y aumentar las probabilidades de sufrirla.
10-
Puede usarse como agente terapéutico
El
cannabis presenta propiedades terapéuticas como ansiolítico, sedante,
relajante, analgésico y antidepresivo.
Es
recomendado en bajas dosis para numerosas enfermedades que causan dolor y
ansiedad como la esclerosis múltiple, la fibromialgia, el dolor crónico o
algunos tipos de cáncer.